Nacional - 18/10/21 - 12:00 AM

Arzobispo rechaza las revoluciones violentas

 

Por: Yorlenne Morales / Crítica Impreso -

El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa rechazó las revoluciones violentas, cuando lo que se debe de poner en práctica es la revolución del amor, y esto empieza por el cambio en la propia persona, y la puesta en práctica de pequeños gestos de las llamadas obras de misericordia, sin renunciar a querer cambiar el mundo, la realidad social, política, y religiosa.

El prelado advirtió que la lucha por el poder, por conseguirlo o conservarlo, ensombrece el panorama nacional e internacional, en todos los ámbitos, social, religioso político, económico, pues cierra a las personas en sus propios intereses sin mirar al bien común de la comunidad nacional o internacional.-

“¿Quiénes son los perdedores ante esta lucha?, los perdedores ante esta lucha por el poder siempre son los pobres, los descartados, los que no cuentan”, indicó.

En su homilía dominical, destacó que los valores de Dios y los valores de los hombres son diferentes, ya que en la lógica de los hombres... los vencedores son aquellos que toman el mundo con su poder, con su dinero, con su ansia de triunfo y de dominio con su capacidad de imponer sus ideas o visión del mundo. Son aquellos que nos impresionan, por la forma como visten, como hablan, por su belleza, por su inteligencia y por sus brillantes cualidades humanas.

La lógica de Dios, los vencedores son aquellos que, aún viviendo en el olvido, en la humildad, en la sencillez, saben hacer de la propia vida un don de amor a los hermanos, son aquellos que con sus actitudes de servicio y entrega aportan al mundo un mayor valor de vida, de liberación, y de esperanza.

“Por eso Dios nos invita a prescindir de nuestros proyectos personales de poder y de grandeza y hacer de nuestra vida un servicio a los demás hermanos, en el amor, en la entrega, de quien sirve humildemente a los hermanos, en donde ofrece a los hombres la vida eterna y la verdadera”, dijo Ulloa.

Monseñor instó a que no nos dejemos engañar, ya que Dios no está en aquello que brilla, que seduce, que es majestuoso o espectacular, sino que Dios está en la sencillez del amor que se hace con servicio, entrega humilde a los humanos

José Domingo Ulloa resaltó que todos -de alguna manera- queremos ejercer alguna forma de poder, imponernos, queremos decir siempre la última palabra, incluso, en las simples conversaciones normales son con frecuencia más una lucha que un diálogo sereno y respetuoso.

EDICIÓN IMPRESA

Portada Diario Crítica