Los peores ministros que Nito nunca cambió
A pesar de los escándalos, pésima gestión y rechazo popular, Laurentino Cortizo mantuvo en sus cargos de forma inamovible a siete ministros de Estado.
El presidente Laurentino Cortizo termina el próximo 30 de junio su gestión, la cual estuvo envuelta en escándalos de corrupción, afectación a la economía y en casi nula construcción de obras de importancia nacional. A pesar de los escándalos, pésima gestión y rechazo popular, Laurentino Cortizo mantuvo en sus cargos de forma inamovible a siete ministros de Estado.
Uno de los miembros del Gabinete que contó con el mayor repudio de la población, después de José Gabriel Carrizo, fue el titular del Ministerio de Obras Públicas (MOP), Rafael Sabonge; no obstante, el mandatario decidió mantenerlo hasta el último día de su mandato. Sabonge no solo era repudiado por la población sino también por diputados y funcionarios del Gobierno, quienes calificaron su gestión como ineficiente.
Otra de las figuras que se mantuvo en el Gabinete, a pesar de haber desempeñado una gestión ineficiente y cuestionable, fue Doris Zapata en el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel). Augusto Valderrama, en el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida), permaneció los cinco años de Gobierno, pese a que no logró solucionar la situación en el sector agropecuario e incluso tuvo múltiples protestas de productores por la demora en el pago de sus productos.
La ministra de Educación, Maruja Gorday de Villalobos, tampoco fue movida de su cargo, a pesar de que no supo enfrentar la crisis educativa en el sector público. El ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, se mantuvo en ese puesto, sin importar que llevó la economía de Panamá a un retroceso, lo que ha generado múltiples problemas. También conforman la lista de intocables Milciades Concepción en el Ministerio de Ambiente y Aristides Royo en Asuntos del Canal.
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Pero la pregunta que se hacen algunas personas es por qué, a pesar de la pésima gestión de esos ministros, no fueron removidos de sus cargos. A ello, analistas políticos responden que eran fichas que tanto el presidente Laurentino Cortizo como el vicepresidente José Gabriel Carrizo veían como personas leales. Plantean los analistas que eran amigos tanto del presidente como del vicepresidente, y por ello resistieron los cinco años dentro del Gabinete, sin importar el pésimo desempeño que tuvieron en la gestión pública.
"Hubo ministros que pareciera que estaban pegados con maco a la silla ministerial porque, crisis que tuvieron, crisis que surfearon y no lograron ser tumbados", señala el analista político y abogado Pedro Sittón. Destaca que la mala gestión de la ministra de Educación fue muy evidente, así como la de la ministra de Trabajo. Recordó que el titular del MOP, Rafael Sabonge, fue calificado por múltiples sectores como un incapaz.
"Eran los ministros que más rápido tenían que haber salido y no lo hicieron y recibieron el rechazo popular que se vio reflejado en las urnas. Un gobierno totalmente impopular, con el 90% en contra, las figuras más cuestionadas no se renovaron", expresa Sittón.'
En tanto, el analista político Jaime Porcell plantea que "son inamovibles, porque ellos responden a otros intereses, la lealtad al mandatario. El mandatario piensa dos veces en rehacer su equipo porque sabe que generar un ministro que actúe como tal no es fácil, ni se hace de un día para otro."
"Además, tú necesitas este tipo de gente. Este gobierno calificó fue la lealtad, los valoró en base al nivel de lealtad, no utilizó criterios de méritos más allá que aquellos, no hubo monitoreo de eficiencia. No importa si cumplió o no, lo importante es que sea gente mía y eso era suficiente, porque se politizó mucho el Gobierno", recalca Porcell.
La administración gubernamental de Laurentino Cortizo estuvo involucrada en múltiples crisis; en algunas ocasiones se realizaron cambios en su Gabinete, pero sin tocar a algunos ministros que eran parte del problema.