Nacional - 18/5/23 - 12:00 AM

¡Muere un gran filántropo!

 

Por: Redacción / Crítica Impreso -

El apreciado empresario Haralambos (Bobby) Tzanetatos falleció ayer a los 88 años. De origen griego, llegó a Panamá en 1950 siendo apenas un quinceañero y comenzó a trabajar duro como mesero en un restaurante en El Chorrillo.

Haralambos ("Alegría Deslumbrante") cumpliría el lunes 89 años. Vino solo al istmo huyendo de los estragos dejado por la Segunda Guerra Mundial. Acá sólo tenía como conocido a un hermano de su madre.

El viaje en barco de Grecia a Panamá le tomó 30 días. No hablaba español y aun así laboró como mesero trabajando 12 horas diarias los siete días de la semana.

Luego se metió a la venta al menudeo de porotos y lentejas, para luego emigrar al negocio de los cigarrillos y los chiclets. Pero el propio Bobby reconoció que el negocio estaba en la compra de tierras.

El expresidente Ricardo Martinelli dijo que había "fallecido el gran amigo y comerciante Haralambos (Bobby) Tzanetatos. Un empresario noble y ejemplar con una visión y don de gente como pocos antes yo había visto localmente. Hombres de corazón y con la nobleza de Bobby, son muy pocos".

Haralambos era cónsul general honorario de Grecia. Reconocía que Panamá le había dado todo y se sentía agradecido.

En 2020, el presidente Laurentino Cortizo le otorgó la condecoración nacional ‘Manuel Amador Guerrero’, en el grado de Gran Cruz. “Un gran hombre, de gran corazón, un verdadero filántropo, un ciudadano cuya vocación humanitaria y su interés por el bien común ha beneficiado a miles de panameños y a nuestra nación”, expresó el gobernante cuando le entregó la distinción.

Una de sus últimas contribuciones fue donar dos terrenos, uno de 25 mil metros cuadrados en Vacamonte, en el corregimiento de Vista Alegre, para la construcción de un hospital que sirva a esta creciente comunidad, y otro de 2,500 metros cuadrados en el corregimiento de El Chorrillo, para el mejor uso de la población.

“Quiero comprometerme a seguir con la labor por el bien de Panamá y los panameños, como lo he hecho desde que llegué a este país, a los 15 años”, precisó Tzanetatos en sus palabras de agradecimiento al presidente Cortizo.

Bobby Tzanetatos fue un filántropo en todos los sentidos de la palabra, pero siempre su ayuda llegaba sin alardes... era de bajo perfil.

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