Nacional - 07/3/20 - 11:45 AM
Niña Símbolo de la Teletón es un ejemplo de superación y éxitos
A sus 46 años, ella se considera un milagro de Dios. A futuro desea convertirse en una líder motivacional para llevar su mensaje de superación a más personas.
Una mujer luchadora, inteligente, sencilla y enfocada en lograr sus metas a pesar de todas las dificultades que ha tenido en la vida, ese es el pensamiento de Judith González, primera niña símbolo de la Teletón 20-30 en el año 1981.
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A sus 46 años, ella se considera un milagro de Dios, pues nació a los cinco meses de gestación y ha tenido varias complicaciones al sufrir de parálisis cerebral, un trastorno que afecta la psicomotricidad de sus manos, piernas y columna vertebral.
Sentada en su puesto de trabajo en la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), donde desempeña labores de analista de sistemas y soporte técnico desde el 2007, afirma que la vida le ha dado una oportunidad y la ha aprovechado al méxico, sin embargo, constantemente debe combatir el problema con la discriminación.
"Yo los ignoro. Cada vez que alguien me decía que no podía yo lo tomaba como un reto para mejorar. Todavía existe esa barrera. La discriminación va de acuerdo con la persona con discapacidad que se deja discriminar. En la universidad me decían que no podría graduarme y obtener nada", menciona Judith.
Por supuesto, para demostrar que eso era imposible, siguió estudiando y tiene un título de Técnico en Informática con Énfasis en Manejo de Datos, es licenciada en Informática con Énfasis en Auditoría de Sistemas. Además, el pasado sábado se graduó de magister de Gerencia en Informática con Énfasis en Base de Datos.
Judith ama su trabajo, tiene pasatiempos y es religiosa
Para sorpresa de muchos, Judith lleva una vida normal, cocina, compra su ropa, se maquilla y se viste sola. En lo único que recibe ayuda es en el transporte, para desplazarse desde Arraiján a Panamá, gracias a su hermana y un busito que tiene el Senadis.
Judith admite que cada vez que escucha la palabra "minusválido" se molesta. "Una persona minusválida no se puede valer por sí misma, depende de los demás, y yo solo dependo de mí y de Cristo", agrega.
A sus 46 años, ella se considera un milagro de Dios, pues nació a los cinco meses de gestación y ha tenido varias complicaciones al sufrir de parálisis cerebral, un trastorno que afecta la psicomotricidad de sus manos, piernas y columna vertebral.
Sentada en su puesto de trabajo en la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), donde desempeña labores de analista de sistemas y soporte técnico desde el 2007, afirma que la vida le ha dado una oportunidad y la ha aprovechado al méxico, sin embargo, constantemente debe combatir el problema con la discriminación.
"Yo los ignoro. Cada vez que alguien me decía que no podía yo lo tomaba como un reto para mejorar. Todavía existe esa barrera. La discriminación va de acuerdo con la persona con discapacidad que se deja discriminar. En la universidad me decían que no podría graduarme y obtener nada", menciona Judith.
Por supuesto, para demostrar que eso era imposible, siguió estudiando y tiene un título de Técnico en Informática con Énfasis en Manejo de Datos, es licenciada en Informática con Énfasis en Auditoría de Sistemas. Además, el pasado sábado se graduó de magister de Gerencia en Informática con Énfasis en Base de Datos.
Judith ama su trabajo, tiene pasatiempos y es religiosa
Para sorpresa de muchos, Judith lleva una vida normal, cocina, compra su ropa, se maquilla y se viste sola. En lo único que recibe ayuda es en el transporte, para desplazarse desde Arraiján a Panamá, gracias a su hermana y un busito que tiene el Senadis.
Judith admite que cada vez que escucha la palabra "minusválido" se molesta. "Una persona minusválida no se puede valer por sí misma, depende de los demás, y yo solo dependo de mí y de Cristo", agrega.