NUEVA DOCTRINA DEL PENTÁGONO PARA AMÉRICA
Panamá abolió las fuerzas armadas hace más de 34 años, pero la situación cambió y hay nuevos escenarios que amenazan nuestras fronteras. No es un escenario imaginario, es realista.
Recientemente en Panamá la comandante jefa del Comando Sur declaró al clausurar los juegos militares Fuerzas Comando 2024. EE. UU. advierte sobre los “enemigos” de la democracia a ejércitos de América Latina. Advirtió en Panamá ante jefes militares de América Latina, de la necesidad de unirse para enfrentar las amenazas contra las democracias que llevan a cabo gobiernos autócratas.
Este mensaje del Pentágono a las FFAA del continente reunidas en Panamá durante un ejercicio de entrenamiento de Fuerzas Especiales de los Ejércitos donde, donde presumiblemente había altos mandos de los Estados Mayores del continente es un mensaje político-militar.
Las amenazas en desarrollo son las penetraciones que van más allá de meras acciones de influencia de Rusia, acciones agresivas en el campo militar y de Inteligencia como es el caso en Nicaragua, Venezuela, y Cuba, la penetración de Irán con sus fuerzas de terrorismo internacional de Hezbola en Venezuela, de China de su penetración camuflada de la Ruta de la Seda, que es otro método de penetración encubierta con un deseo comercial, pero con fines militares, como la construcción del puerto en Perú, Chancay.
Ese es el escenario de amenazas en nuestra región a parte de las amenazas permanentes del Crimen Organizado Transnacional. Las migraciones ilegales y el desarrollo de una guerra asimétrica que sus objetivos son EE. UU. y los países aliados en este caso el nuevo gobierno del presidente electo José Raúl Mulino.
LEE TAMBIÉN. LAS ULTIMAS NOTICIAS AQUÍ
El poder militar latino americano nuevamente toma un papel destacado después de finalizada la guerra fría. Ahora los militares defienden las democracias como en caso reciente de Perú cuando hubo intento de autogolpe de estado, en Ecuador con las fuerzas del Crimen Organizado lanzaron una ofensiva el 9 de enero pasado, para atacar y provocar un golpe.
Panamá abolió las fuerzas armadas hace más de 34 años, pero la situación cambió y hay nuevos escenarios que amenazan nuestras fronteras. No es un escenario imaginario, es realista.
Panamá no puede continuar con la mentalidad de que sea el ejército gringo que nos defiendan, esa forma de pensar es errada. Panamá tiene que tomar la resolución de organizar su fuerza armadas para nuestra defensa y seguridad; sin olvidarnos de los errores del pasado. Fue básicamente el estar demasiado tiempo en el poder. Fue una cúpula de comandantes que perdieron la razón de ser.
El Gral. Torrijos planificó el Repliegue, pero nunca se cumplió después de su muerte. Si hubo errores y abusos, pero hoy la patria requiere de crear con el apoyo del pueblo sus fuerzas armadas para defendernos nosotros, como país y estar en capacidad como cualquier estado, defendernos solo hay un caso, la frontera en el Darién, esa frontera no se puede mantener con policías.
El modelo post invasión fracasó y se agotó, el modelo de solo disponer de una Policía civil no da para más. Todavía nos mantenemos con el prurito y caprichos de un partido político extinguido que recicla al Partido Popular. Hay una nueva realidad que amenaza a diario al panameño. Los recientes ataques armados, de sicarios, donde el panameño no se siente seguro y vive con temor y desconfianza por salir a la calle. Y el desafío en la frontera del Tapón del Darién. Que estamos a punto de ser invadidos por miles de extranjeros cuando las fronteras gringas se cierren.
La política del Pentágono está variando frente a los escenarios de guerra en desarrollo en Europa y una posible guerra en el Pacifico con China. El poder militar del continente toma relevancia para defender y mantener las democracias con decisión y disposición combativa no es solo el discurso. Panamá no es ajena a esta realidad mundial.